Publicado en el Diario PUBLICO.La Junta de Andalucía, tras acometer la exhumación en Alfacar (Granada), prepara ahora el terreno para exhumar en 2010 tres fosas comunes más de la represión desatada tras el golpe franquista en 1936. Una se ubica en Gerena (Sevilla), donde se cree que fueron asesinadas 17 mujeres, tras ser trasladadas desde la localidad vecina de Guillena en un camión, en octubre de 1936.
La consejera de Justicia, Begoña Álvarez (PSOE), prevé actuar también en la conocida como fosa de El Marrufo, considerada una de las más numerosas de la provincia de Cádiz, y en la localización del cadáver de Martín Márquez Navarro, alcalde republicano de Cuevas del Almanzora, quien se cree que está enterrado en el cementerio de Almería.
El comisario andaluz de Memoria Histórica, Juan Gallo, mantuvo ayer una reunión con los miembros de la asociación 19 mujeres de Guillena y el alcalde de Gerena, Jacinto Pereira (PSOE), en la que se abordaron los problemas que plantea una exhumación en un cementerio en el que hay nichos encima. La intención del comisario es tener firmado un convenio en febrero con las familias afectadas, la asociación, el ayuntamiento y, la Diputación de Sevilla, si quiere participar, y poder así completar los trabajos antes del verano de 2010.
Detención indiscriminada
Tras el golpe de 1936 fueron detenidas 19 mujeres de Guillena al estar supuestamente sus maridos o familiares vinculados a partidos y sindicatos de izquierda. Después de pasar varios meses en la cárcel, las mujeres fueron sacadas el día del Pilar, 12 de octubre, y llevadas a misa. Luego, las metieron en un camión y las trasladaron al entorno del cementerio de Gerena.
La intervención de un médico permitió la fuga de dos mujeres del grupo de 19. El resto fueron asesinadas y enterradas allí, según las investigaciones de la asociación 19 mujeres entregadas a la Junta de Andalucía. "¿Habéis visto la película 13 rosas? Esto es aún peor, porque estas mujeres no sabían siquiera por qué las mataban, por qué se las llevaban", afirmó Gallo a Público.
"Pensamos que mi abuela tenía 23 ó 25 años cuando murió. Mi padre era muy pequeño para acordarse. En el parte de defunción no viene delito alguno. La mataron por ser la mujer de un líder sindical. Y en el fondo, una mujer avanzada para su tiempo. Trabajaba de jornal en el campo, mientras sacaba adelante a sus dos hijos", afirma Manuel Domínguez Postigo, nieto de Manuela Méndez Jiménez, supuestamente enterrada en la fosa común.