"La Iglesia siempre ha considerado España como su cortijo"
Gabilondo advierte: “Un despliegue casi humillante de brazos y piernas abiertas ante Bertone no nos congraciará con la Iglesia”
"¿Era necesario tanto? ¿Era necesario ese jubileo, ese despendole político y social? ¿España toda convertida en un gigantesco botafumeiro para llenar de incienso cada minuto de estancia entre nosotros de monseñor Bertone?”, se preguntó Iñaki Gabilondo en el informativo de Cuatro.
“El Gobierno dispuso un recibimiento abrumador, para neutralizar el influjo de Rouco Varela, y poner de manifiesto buena voluntad. Una ingenuidad enternecedora. La Iglesia, al menos por lo que a España se refiere, solo se conforma con todo. Ni un poquito menos. No le ha sido suficiente la generosidad económica del Estado, ni sus gestos de aproximación o de respeto. La Iglesia siempre ha considerado España como su cortijo. Es magnánima con cualquier iniciativa pública que no ponga en cuestión su autoridad. Pero no está dispuesta a renunciar a su titularidad como propietaria de esta vieja tierra. Es, por tanto, inútil llevar el debate a aspectos concretos. El aborto está legalizado en otros países. Asignaturas como la educación para la ciudadanía se imparten en toda Europa. Los matrimonios gays sí son mas excepcionales, pero ellos solos no justifican una descalificación que la Iglesia dirige, con carácter general, a toda la política del Gobierno actual. Nuestro laicismo es poca cosa frente al francés, la secularización de nuestra sociedad no es mayor ni menor que la de todo el mundo occidental. Y, además, no hay Gobierno mas desprendido en cuestiones monetarias”, apuntó. “Da igual. Nada servirá de nada. Un despliegue casi humillante de brazos y piernas abiertas no nos congraciará con la Iglesia. Solo nos es permitida la adhesión inquebrantable. Es la fatalidad que nos acompaña por ser España, sobre todo, puente con Latinoamérica, donde se libra la gran batalla por las clientelas religiosas. No proponemos la ruptura. Vivir es convivir. Pero sin humillarse, sin hacer el ridículo con un peloteo rastrero que, además, resulta estéril”.