Existen fuertes rumores, que como todo el mundo sabe suelen ser la antesala de la noticia, de un posible acuerdo del ex alcalde de Guillena con la fiscalia de medioambiente y urbanismo en relación con el procedimiento abierto por prevaricación en el tema de Los Lagos del Serrano. Este acuerdo, de ser cierto, supondría convertir en sentencia firme las peticiones iniciales de la fiscalia, evitaría el acto del juicio pero significaría la existencia de una primera condena penal por los hechos señalados contra un cargo público de Guillena.
Nos consta que el ex regidor pretende llevar a cabo un acuerdo similar en el tema de las naves del Cerro para evitar tener que sentarse en el banquillo de los acusados y celebrar un juicio con un elevado coste político y personal por unos hechos en los que se insistía que todo estaba solucionado y la cruda realidad demuestra que no es así sino todo lo contrario.
Siempre hemos ceñido estos hechos al terreno de la política y seguimos haciéndolo hoy, debe quedar claro que en todo lo sucedido con el tema de las naves no solo existe un responsable sino varios, entre ellos gran parte del actual equipo de gobierno. Todos ellos no solo se han amparado en el ex alcalde durante estos años, sino que le deben el cargo que actualmente ocupan y tienen una responsabilidad política directa por amparar y defender la actuación ilegal producida en las naves. Son tan responsables como el ex alcalde.
A ello hay que unir las últimas actuaciones y decisiones políticas de vincular a la institución y al pueblo en su conjunto con un cargo político que puede ser condenado por acciones ilegales durante su mandato. No es aceptable, si los hechos se confirman, que el Ayuntamiento de Guillena mantenga la distinción de hijo predilecto para un presunto condenado por prevaricación. Alguien tiene que poner algo de sentido común a todo esto.